Al parecer era bastante mojigato de niño y empezó su adicción a las drogas a partir de un que le ofreció Chema en sus años de estudiante. Desde muy niño siempre estuvo enamorado de Paz, y, al parecer, lleva desde los 13 años insistiendo en acostarse con ella. Se fue de su casa unos años para ir al Proyecto Hombre, de lo que le gusta hablar a menudo. En la actualidad ya ha superado sus adicciones. Es el hermano pequeño de Aída, e hijo de Eugenia.
Cuando se enteró de que su amiga Paz ejercía de prostituta trató de chantajearla para acostarse con ella, pero nunca lo consiguió. No desiste de ninguna oportunidad para acostarse con ella. Su condición económica raya la indigencia y tras un fallido intento de independizarse regresó a la casa de su madre y su hermana. No trabaja en nada conocido ni concreto, pero ha desempeñado múltiples oficios, algunos de ellos de dudosa reputación, como trilero. Le gusta burlarse de la gente y gorronear. Su adicción a las drogas duras le dejó secuelas mentales, lo que le ha valido el título de «el tonto del barrio».
La inteligencia de Luisma Al parecer, las drogas han dejado al pobre Luisma bastante retrasado, como se puede ver en sus razonamientos, silogismos y confusiones recurrentes a lo largo de la serie, lo cual contrasta con momentos de gran lucidez en los que se le ha visto burlarse del proverbialmente inteligente Chema o del cacique Mauricio, por ejemplo. Ya estamos... El Luisma es tonto, ¿no? El Luisma se ha metido de todo y se ha quedado tonto...Se me ha ocurrido una película: va sobre unos tíos que van a una isla desierta y se encuentran un mono mazo tocho. Después se lo traen para Esperanza Sur. La voy a llamar «¡Hostia, qué mono!».
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